martes, 21 de junio de 2016

Anatomía de los órganos que componen el aparato digestivo



Boca
A través de ella los alimentos pasan al interior del cuerpo. Su interior contiene dos filas de dientes, una superior y una inferior. Cada fila está formada por 16 dientes que se dividen en: cuatro incisivos, dos caninos o colmillos, cuatro premolares y seis molares o muelas. Cada diente tiene una raíz que lo ancla al hueso interno de la mandíbula y del maxilar superior que están recubiertos por las encías. Por esa raíz entra sangre para nutrir al diente y también un nervio que permite tener al diente cierta sensibilidad a la presión. Exteriormente los dientes están cubiertos de esmalte.  Protegiendo los dientes se configuran los labios, uno superior y otro inferior.
En el interior de la boca se encuentra la lengua, un músculo que podemos mover a voluntad. La cara de arriba es más áspera, ya que es la parte que más está en contacto con los alimentos que entran y además tiene repartidas papilas gustativas a lo largo de ella; sin embargo, la cara de abajo es muy suave y tiene pequeños orificios que segregan saliva.

La boca cuenta con varias glándulas salivares Estas glándulas salivares pueden ser microscópicas, pero también existen tres grupos de glándulas salivares grandes:

  •      Glándula parótida: están delante de los oídos, en los carrillos. Son las más grandes y tienen un conducto que atraviesa los carrillos y termina dentro de la boca.

  •      Glándula submaxilar: están dentro del arco de la mandíbula; sus conductos terminan justo debajo de la lengua y forman dos papilas. Su función es drenar saliva.

  •      Glándula sublinguar: se encuentran debajo de lengua. Tienen varios conductos de pequeño tamaño que terminan en el suelo de la boca.

                              Faringe
La faringe es una zona de paso entre la boca y el esófago, Mide unos diez centímetros de alto y sus paredes están formadas por músculos cubiertos de una mucosa húmeda.
 Tiene al menos cinco zonas de órganos linfoides, es decir, órganos que tienen un papel defensivo contra gérmenes. Hay uno a la altura de la nariz ("vegetaciones"), dos justo al final de la lengua a ambos lados (amígdalas o "anginas") y otras dos también arriba justo en la salida de la trompa de Eustaquio que viene directamente desde el oído hasta la faringe. A la altura del comienzo del esófago está la epiglotis, un cartílago que se encuentra encima de la laringe.

Esófago
El esófago es un tubo sencillo que sirve de paso entre la faringe y el estómago. Mide unos 30 centímetros. En el cuello se encuentra detrás de la tráquea y justo delante de las vértebras; en su camino por el tórax, el esófago sigue detrás de la tráquea; pero a sus espaldas se coloca la arteria aorta, que sale del corazón. Antes de terminar en el estómago, este órgano tiene que atravesar el músculo diafragma, que separa el tórax del abdomen: a este punto se le conoce como esfínter esofágico inferior o cardias
Estómago
El esófago desemboca en el estómago, una dilatación del tubo digestivo en forma de bolsa con una entrada arriba, el cardias, y una salida más abajo, el píloro, que conduce hacia el intestino delgado. Está formado por un músculo circular capaz de cerrar el paso. Podemos
dividirlo en tres partes:

  •      El fundus o fondo, que es la parte superior del estómago y toca el diafragma.

  •      El cuerpo, que conforma la mayor parte del estómago y es la zona donde se almacena todo el alimento.

  •      El antro, o antesala al intestino delgado, justo delante del píloro, que puede cerrarse o abrirse gracias al esfínter pilórico.

Las paredes del estómago tienen una mucosa formadas por células especializadas en formar ácido, moco y enzimas.
Intestino delgado (duodeno)
El intestino delgado es la parte más larga del tubo digestivo. Suele alcanzar los siete metros en un adulto. La primera porción del intestino delgado es el duodeno; es la única parte que está fija en el abdomen y tiene especial importancia porque recibe el quimo procedente del estómago. Además, las secreciones del hígado y del páncreas también desembocan en el duodeno a través de la papila de Váter, un pequeño orificio que hay en la pared del duodeno
Hígado
El hígado es el órgano más grande de todo el cuerpo humano: llega a pesar unos dos kilos. Se encuentra en el lado derecho y superior del abdomen, por lo que queda prácticamente tapado por las costillas. Su color es marrón rojizo y está cubierto por una cápsula fibrosa trasparente que lo protege de las rozaduras.
Al hígado le llega sangre a través de la arteria hepática, que viene desde la arteria aorta, y de la vena hepática, que viene desde el intestino delgado. Allí ha recogido todos los nutrientes que se han absorbido. El órgano está formado por millones de células llamadas hepatocitos. A cada uno de ellos le llega sangre de la arteria y vena mencionadas, y desde ellos salen de nuevo una vena y un canalículo biliar que al final forman, respectivamente, las venas suprahepáticas (que devuelven la sangre a la circulación general) y el conducto biliar, que transporta la bilis hacia el duodeno.

La bilis la forman los hepatocitos y se compone esencialmente de sales biliares y colesterol. Antes de llegar al duodeno, el conducto biliar tiene conectado la vesícula biliar, una bolsa en forma de pera donde se almacena la bilis hasta que se expulsa a través de un conducto llamado colédoco al interior del intestino delgado cuando llega la comida

                              Páncreas
El páncreas es una glándula, amarillenta y con forma de lengua que se encuentra a la izquierda del duodeno y en la parte más posterior del abdomen. Está formada por grupo de células especializadas en forman enzimas y bicarbonato que secretan a pequeños tubos. Éstos se van uniendo hasta formar un gran conducto que atraviesa la glándula por el medio, el conducto de Wirsung. Este conducto se une con el colédoco, que viene del hígado y desemboca en el duodeno en el mismo punto, la papila de Váter.
 Intestino delgado (yeyuno e íleon)
El yeyuno y el íleon forman la mayor parte del intestino delgado. A diferencia del duodeno, estas dos porciones sólo tienen dos puntos fijos, al principio y al final, y el resto se puede movilizar libremente dentro del abdomen. Está recubierto del peritoneo, que es una membrana muy fina encargada de protegerlo de roces. Su interior está tapizado por una mucosa formada por unas células llamadas enterocitos. Estas células tienen en su superficie prolongaciones microscópicas, como pequeños pelos, llamadas microvellosidades, que sirven para aumentar aún más la superficie de absorción de nutrientes, que llega a medir el equivalente a la extensión de una cancha de tenis
                               Intestino grueso
El intestino delgado finaliza en la parte inferior derecha del abdomen. A partir de ahí se continúa con el intestino grueso. Su aspecto es más rugoso e irregular que el intestino delgado porque tiene que movilizar las heces. Se sitúa en los bordes del abdomen, de manera que enmarca al intestino delgado. Podemos dividirlo en colon ascendente, transverso, descendente y sigmoide. Termina en una porción que se llama recto, cuya salida es el ano
Ano
El ano es el punto final del tubo digestivo. Está formado por un músculo circular, un esfínter, que es capaz de cerrarse fuertemente para impedir el paso de heces a través del mismo. En su lado interno tiene una red venosa.

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